martes, 8 de marzo de 2011

Que grande.


Hay veces que miro a la enana y me impresiona ver lo rápido que crece. Ya estamos comiendo verdura y carne. Quién lo iba a decir, tan pronto!! Deberíais ver como se arrastra para conseguir las cosas y como empieza a chapurrear sus primeras silabas. Y todo ello pasa tan rápido... Al principio temía que, con la comida, fuera como Carlos y yo, es decir, de poco comer, pero viéndola ahora se me han quitado todos los miedos, porque abre la boca con un gusto... No sé...
Estamos en carnavales y yo sigo sin querer salir. Hay veces que siento que me aparto de todo y pongo de escusa a Daniela, cuando en el fondo soy yo. Últimamente me siento algo más sola de lo normal y el que la gente me rodee no hace que me sienta diferente. A veces creo que debería irme a mi pueblo y quedarme allí. Pero reconozco que eso sería lo fácil. Me encerraría entre cuatro calles, cuatro paredes y cuatro personas, quitandome algo de responsabilidad y huyendo un poco de todo. Y eso no es lo que debo hacer, creo... Aquí me obligo a hacer y ser algo más... Pero me canso....
No sé, hoy estoy hablando sin mucho sentido, disculparme...
Hola Carlos, mi amor... Cuánto te echo de menos. Cuánto sigo echándote de menos... Mi cabeza sigue siendo una ruleta donde la única imagen que se mantiene es la tuya. Te quiero tanto, mi vida... Todo sigue siendo tan gris... Ahora sólo tengo a Daniela y a ratos sigo deseando dejarlo todo para irme contigo. Nuestra hija es tan preciosa y habrías sido tan feliz a nuestro lado. El otro día dijo:"Pa-pa-pa..." de la forma más natural del mundo y yo pensé tanto en tí. Te quiero, mi vida, te quiero como de aquí a la luna y vuelta. Te quiero siempre...