viernes, 11 de mayo de 2012

Un nuevo reto

Esta semana me han cambiado de puesto en el trabajo. He pasado de oficina y gestionar la morosidad de la zona con la directora de área. Ahora mi tarea consiste en pedirles explicaciones a los directores de oficina sobre como gestionan la morosidad y ver en que puedo echarles una mano. El cambio fue de un día a otro. Y aunque me gusta, esta semana ha sido tan... caótica. Demasiados datos, demasiados listado y Carlos no ha estado. Le he echado terriblemente de menos. No tenía a nadie a quien contarle mis miedos, a nadie a quien acercarme y decirle lo que ha supuesto, a nadie para que me enseñara como manejar el excell o que me explique ciertos conceptos de económicas. Una vez más me he sentido demasiado sola cada vez que volvía a casa. Estoy emocionada con mi nueva etapa, pero no tengo con quien comentarlo, no le tengo a él... Luego Daniela, que aunque hemos llegado a un nivel de adaptación increíble, a veces me da la sensación que es la única persona con la que hablo durante la semana, porque prácticamente no veo a nadie más. No os imagináis lo duro que resulta estar aquí sola con ella. No por nosotras, porque ella es perfecta, pero a veces, de nuevo, me siento demasiado sola aquí. Daniela está preciosa. Bueno, podéis verlo vosotros mismos. Se porta genial a pesar de sus pequeños ataques que reafirman se fuerte personalidad, pero es una niña... Ya han pasado sus terrores nocturnos y las dos dormimos del tirón cada una en su cuarto y la quiero tanto... Carlos, mi vida, es tan perfecta... Te encantaría estar con ella. Y a nosotras estar contigo... Te echo muchísimo de menos, muchísimo... Te quiero, mi vida, te quiero de aquí a la luna y vuelta, te quiero, siempre...