lunes, 21 de septiembre de 2009
Rollitos caseros.
En casa.
Un día antes de ingresar Carlos en la UCI le quité todo lo que llevaba en las manos: su reloj, su pulsera, su anillo de boda… La medicación le hinchaba un poco y no queríamos que le molestara. Desde entonces siempre lo he llevado yo, nunca me las he vuelto a quitar. Este fin de semana me fui a una playa maravillosa: Benijo, y Carlos volvió a apoderarse de su pulsera, porque en un ataque inesperado de olas sentí como se me escapaba de la muñeca y se perdía en el fondo. No me importó, fue en la playa, seguro que él quería volver a ponérsela, o al menos eso me gustó pensar.
Al día siguiente quise darle un descanso a mi suegra y me quedé a comer en casa. Siempre voy a comer a casa de mi suegra, aún sigo sin poder cocinar o más bien sin poder hacer la compra y llenar la nevera. Imagino que me resulta duro comprar para mí sola. La cosa es que como no había nada busqué en el congelador y encontré unos rollitos de primavera que me hizo Carlos. Sus rollitos de primavera de los que tan orgulloso estaba y con razón, porque están riquísimos. Esa fue una de las cosas que le enseñó la enfermedad: a cocinar. Le encantaba y aprendió bien.
Es siempre así, siempre. En cualquier paso, en cualquier cosa, en cualquier cajón… siempre está. Y quiero que siga siendo así, me hace sentirle más cerca aunque a la vez me entristece enormemente… y es todo tan difícil.
Quiero que vuelva… Le daba tanta vida a mi vida. Hacía que todo tuviera sentido. Le quería y me quería, ¿sabéis la suerte que es eso? ¿Que la persona a la que amas con toda el alma te ame igual?
Te quiero mi vida. Te quiero tanto que mi corazón se encoje. Te quiero más que a mí misma. Te quiero, siempre…
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Es maravilloso leerte, y ha tenido que ser maravilloso vivir un amor así. Un beso enorme Ana
ResponderEliminarHola Ana, que relato más tierno.....cómo van cambiando tus sentimientos, nos hace feliz sentirte mejor, poquito a poquito, otra vez, una más, haces que me sienta afortuna de haber conocido a Carlos, era sencilla y llanamente el mejor, the best, que naturalidad.
ResponderEliminarAna sois unos afortunados, lástima que ese amor, AMOR no llegue a conocerlo todo el mundo, porque todos alguna vez en la vida deberiamos experimentarlo.
Ana te queremos, tú también eres la número uno, los menceyes de María Jimenez.
Amén.
¿cómo va todo rollita de primavera?? jejeje.
ResponderEliminarEs que con lo guapetona que eres.....
Me alegro muho de leerte, y comprobar, que vas encontrando la senda, el sendero, la ruta, el rumbo, el camino, la vía, la carretera, la travesía, el itinerario, el trayecto, el recorrido, el viaje, la vía, la pista, em fin hacia la felicidad en tu nueva singladura.
Cris
Uuummm...
ResponderEliminarQue rico Cloqueta!!!
Bikos...
Alegría, alegría Ana alegría, eso es lo que nuestro Gran Capitán nos enseñó, alegría ante lo adverso, no es sencillo, pero perseverando y ahuyentando los malos pensamientos se consigue, como estas haciendo tú.
ResponderEliminarAlegría y vitalidad.
Hola Ana,
ResponderEliminarGracias.
Marcos
Rollitos caseros, que buenos!! espero que los hayas disfrutado, me acaba de entrar hambre al leerte jejeje un beso enorme Ana, buenas noches
ResponderEliminarLA VERDAD ES QUE ANA, ES UNA "DELICIA" LEERTE!CUANTO HE APRENDIDO DE USTEDES...MUCHA SUERTE EN ESE NUEVO PROYECTO QUE QUIERES EMPRENDER!SABES QUE PARA TODO CUENTAS CON ESTA GRAAN TRIPULACIÓN!PARA INVITARNOS A ROLLITOS RICOS TAMBIÉN!
ResponderEliminarhas pasado del bocadelia a los rollitos, es un gran paso Ana, el primero de otros muchos..
ResponderEliminarYa lo veras, al final haras las famosas arepas en tu casa y nos las comeremos con nuestros enanos... Estaremos muy a gustito... te lo prometo..
Besos
Ana, no te imaginas cuánto he aprendido de vosotros, de Carlos y de ti. Gracias, siempre. Un beso enorme
ResponderEliminarAna, te queremos y deseamos que tu vida dé otro giro y vuelva de nuevo a tener la felicidad que mereces. Que gran persona eres, como viviste la enfermedad de Carlos volcada totalmente en él y siempre sonriendo. Espero que con el tiempo tengas un bebé que cicatrice las heridas y seas de nuevo feliz, mientras tanto no dejes de darnos lecciones. Un abrazo.
ResponderEliminarmar
Te admiro mucho capitana,así paso a paso,conseguirás una normalidad.Eres muy valiente y muy fuerte.Adelante Ana,sigue manejando éste blog pues desde él,nos dás una lección de lucha importantisíma.Un abrazo
ResponderEliminarVenga todo adelante, sigamos remando todos a una, así que a las traineras.
ResponderEliminarHola guapa. Sólo quería saludarte y mandarte un abrazo
ResponderEliminarUn abrazo des de Barcelona, con una sonrisa.
ResponderEliminarLo dije y lo pensé muchísimas veces. "este chico es maravilloso". Ahora pienso muchas veces, la mayoría de ellas profundamente emocionado: "esta chica, es maravillosa".
Suerte y adelante!
Eres increible, no te imaginas lo que nos haces sentir, cada día nos impresionas más, con tu fuerza, coraje... Gracias Ana..., besos enormes desde Madrid. N y L
ResponderEliminarVamos, vamos,, no dejad de remar, aún nos hace falta, ahora no desfallecer.
ResponderEliminarOscar
Aqui sigo, remando, ahora de una forma más pausada, pero remando... siempre...
ResponderEliminarEres una persona extraordinaria Ana, me alegro un montón de tus nuevas entradas, nosotros como siempre, remamos, para que asi sea.
ResponderEliminarUn abrado, del Guajairo.