En casa.
A veces pienso que lo que vivimos Carlos y yo es similar a los buenos perfumes: pequeño pero intenso. A veces creo que los más de nueve años y medio que pasamos juntos fueron como una vida entera para el resto, solo que nosotros lo vivimos de una forma más intensa, más profunda, con más sentido. Había días que nos sentábamos a hablar y siempre acabábamos con la misma conclusión: lo afortunados que éramos por poder estar juntos, por despertarnos cada día uno junto al otro, por poder tocarnos, acariciarnos y querernos de la forma que nos queríamos. Porque había momentos en los que no existía nadie salvo nosotros. Nos sentíamos tan completos… que ni la enfermedad podía quitarnos eso. Vivimos mucho en poco tiempo. Él me completaba, me hacía sentirme plena, hacía que no necesitara nada más, salvo estar a su lado. Daba igual donde fuera: en casa, con los amigos, en el hospital, encerrados día a día porque él no podía salir… Todo eso lo soportábamos porque estábamos juntos, lo demás no importaba. Nuestra frase más dicha era: “Estoy contigo, lo demás no importa”
Quizá por eso tuvimos un tiempo limitado y ya está…
Es curioso pensar que si tuviera que volver atrás haría todo exactamente igual. Y cuando digo todo, incluyo estos últimos años. A pesar del sufrimiento, a pesar de los malos momentos, siempre me sentí afortunada por tenerle y por compartir mi vida a su lado. Me siento orgullosa al pensar que ni siquiera los malos momentos pudieron con nosotros. Lo teníamos tan claro…
Como cambia la vida. Como de golpe, así de repente, todo lo que te rodea se desvanece, se esfuma, se pierde… Nadie piensa eso. Nadie…
Por eso ahora os miro a todos y os envidio. Porque vosotros podéis seguir disfrutando de lo que tenéis y es tanto, no os podéis hacer una idea. Vivir, aunque suene a frase hecha, pero vivir. Despertaros cada mañana sonriendo porque veis salir el sol, porque podéis dar un abrazo a la persona que queréis, porque podéis cumplir sueños, probar cosas nuevas, hacer cosas, sin más… Hacerlo por mí, pero sobre todo, hacerlo por Carlos, porque él lucho para eso.
Te quiero tanto, Carlos. Te quiero tanto o más que el primer día. Te quiero siempre…
ANIMO , MUCHO ANIMO CAPITANA.
ResponderEliminarTu tripulación sigue aquí, para lo que quieras
Marcos
Claro que si Ana, sólo en los tres años de sufrimiento en la cama, la intensidad, de los pensamiento, emociones, y sentimientos, valen una vida, eso es amor, lo demás vanas intentonas.
ResponderEliminarSigue dando ejemplo, eres grande, no te imaginas cuanto, y yo os envidio a vosotros.
A. Nicodemo.
Hola Ana,
ResponderEliminarEsta noche hay luna llena. Cuando esto ocurre, la noche más oscura se vuelve "luz". La luz de esta noche es mágica porque reconforta.
Si quieres, sal un rato de casa, cierra los ojos y deja que la luna tiña de plata tu piel y tu espíritu.
Hay ciertas personas que se comportan como esa luna. Para muchos de nosotros, tu luz se vuelve más intensa cada día. No desfallezcas.
Un abrazo.
Hola Ana, tienes razón, hay mucha gente que no se da cuenta de eso. Yo me di cuenta en un momento de la enfermedad, la primera vez en mi vida que eche de menos la rutina, bendita rutina. Desde entonces disfruto de ella que ni te imaginas. Entiendo todo lo que sientes, yo tambien lo siento, y por ello me pareces muy valiente. No nos dejes Ana, aprendo mucho de vuestras palabras (las tuyas y las de Carlos).Me pone muy contenta cuando actualizas. Un abrazo enorme Ana!!
ResponderEliminarCarmen
Gracias Ana...
ResponderEliminarUn abrazo inmenso para tí,y un gracias enorme,porque tus palabras me llegaron al alma,eres una persona maravillosa,estás partida en dos,y no se puede hacer mucho con este dolor tuyo,solo transitarlo,lamento tanto que algo tan bonito se haya terminado,quizás a cambaido,quizás el está de otro modo contigo,lo cierto es que es diferente y te sientes sola sin él.
Yo te deseo que un día la vida te dé todo,y que un día cuando el tiempo pase y mires atrás recuerdes a Carlos con una dulce sonrisas,con un sabor a miel y no con amargura,un abrazo!
Gracias por compartir todo esto con nosotros, Ana. Sólo quería decirte que sigo aquí, escuchándote. Un abrazo
ResponderEliminarUn beso enorme y un gran abrazo!!
ResponderEliminarRafa-fanfi
Anoche hablabamos justamente de eso. Las grandes historias siempre son cortas, supongo que es lo que tu dices: la intensidad. La verdad, me parece una putada
ResponderEliminarNo es un consuelo, ni creo que te sirva pero yo estoy aprendiendo a vivir de otra manera, ahora me levanto cada mañana y le doy las gracias al sol, abrazo a Ricardo y me paro a sentir ese abrazo, a disfrutarlo. Trato de absorber toda la energía positiva y espero que, auqnue sea un poquito, pueda transmitirla a ti.
Vivimos Ana, vivimos por ti y vivimos por él..
Te conozco, ahora estas en un tunel largo y oscuro.. sin Carlos no hay luz.. pero empezaras a caminar, antes o despues lo haras, y poco a poco, paso a paso llegaras a la salida. Entonces todos tendremos el mejor de los regalos, verte sonreir..Hasta entonces, cuenta conmigo compañera!
Nada es fácil, para nadie, querida Ana. Pero tú has vivido un amor de tal intensidad que pocos conocen, por ello debes sentirte, a pesar de todo, inmensamente feliz.
ResponderEliminarHola Ana, eso que has escrito en el post, es lo que yo le decía a Javi, hermano de Carlos. Vivió, vivió, y de qué manera, por eso lo de sentirte orgullosa, que siempre lo pongo. Yo creo todoso nos iremos algún día la diferencia estriba en el cómo, y en eso Carlos se fue de la major manaera posible, gracias a ti, a fu enorme famili,a en lo que hizo en vida, en cómo lo hizo, qué amistads tan extraordinarias tenía, el su trabajo el mejor. Se fue féliz Ana de eso estoy seguro.
ResponderEliminarPor favor no envidies a nadie, ni a nada, no tienes porqué, es más bien al contrarioo, muchos te envidiamos a ti.
Un cordial abrazo.
C.M.I.
Por eso has de intentar hacerlo tú también,por Carlos y por ti Ana.Sigue adelante porque eres una mujer muy fuerte y conseguirás ver el Sol y disfrutar de las pequeñas cosas de la vida como siempre has hecho junto a Carlos,aprenderás a vivir Ana.Un abrazo
ResponderEliminarComo ha dicho Fa, anoche comentábamos esto mismo, la intensidad y la brevedad... Es muy duro Ana, pero tú misma dices que cada segundo valió la pena, has vivido algo muy especial, y eso será tuyo toda la vida. El inmenso amor que Carlos sentía por ti y el tuyo por él te acompañarán siempre.
ResponderEliminarNo estás sola Anita, seguimos y seguiremos contigo. Muchos, muchos besos.
Ana, tienes muchos momentos hermosos para recordar y un montón de grumetes, para los que importas mucho, pendientes de tí. Sigue con la lucha. Un abrazo muy fuerte. mar
ResponderEliminarCarlos vive en quienes lo conocieron y en quienes llegaron a él de una u otra forma. La vida es transitar. nos han educado en una cultura de la muerte terrible,salvaje y dura. La muerte no es eso. Es un paso de lo tangible a lo intangible pero la esencia de esa persona a la que ya no podemos tocar permanece y también las emociones y los recuerdos. Esa persona vive en cada uno de aquéllos para quienes significaba algo. Muertos son los olvidados, los ignorados, los que no se comunicaron, los que se autoengulleron. Carlos vive, dió y da vida. Tenemos que ir entendiendo esto y aprendiendo a vivir de lo intangible de Carlos, que es su esencia como ser humano. Es muy duro no poder tocarle, lo sé, pero llegarás a poder trascender esa sensación y alimentarte de lo mejor de él. De hecho todos lo estamos haciendo, a pesar de no tenerle físicamente al lado. Te quiero, Ana, no te desanimes. Podrás volver a ser feliz, aunque ahora eso no te importe. Un beso inmenso. Isa.
ResponderEliminareso es lo que me habéis enseñado, (entre otras muchas cosas). de corazón. miro diferente a mi pareja, siento diferente todo lo q hay alrededor. me obligo a ello. y solamente, unicamente porque lo aprendí leyendo este blog, a carlos y a tí, su mujer, una mujer que vuela.
ResponderEliminarpor eso gracias. por eso mi más profundo agradecimiento.
Desgraciadamente, no vivimos en un mundo idílico, España precisamente es internacionalmente conocido como el país de la envidía, y en las ciudades pequeñas, es donde más se nota. Ese tipo de persona intenta hacer daño con sus palabras, con sus juicios, por eso a Carlos se le quería de esta forma, carecía de esas taras que nos derrotan. Y cómo él decía, en su burbuja, entraba el que él quería. Prefiero ignorar y ser ignorado, y prefiero comunicarme con quien merece la pena, a los demás, los miro pasar con una sonrisa de indiferencia, sólo a los mansos los dejaré entrar. Gente que se alegre de tu éxito, no el de Cristiano Ronaldo. No a los que comentas que te has ido de viaje, y les duele tanto, que no te preguntan ni como lo pasaste. jajajjaa, pobrecillos. Lo más jodido de la envia, es de lo enviado no se puede adquirir en los comercios.
ResponderEliminarPero eso es cmo pedirle a un oso que descargue en la taza del water y tire de la cadena.
A. Nicodemo.
Hola preciosa, llevo días sin poder leerte, eso de no tener ordenador en casa es lamentable y como sabes tambien estoy de vacaciones o sea que tampoco tengo opcion a mi ordenador del curro, ahora estoy en casa de nuestros queridisimos suegros y aprovecho para decirte que porfavor sigas escribiendo y enseñarnos tanto con tus palabras, estoy muy orgullosa de ti, princesa, eres una valiente y ojala en esos momentos que tienes de soledad sientas el abrazo de todos. Siempre estaremos ahí mi querida Ana.
ResponderEliminarSeguimos remando con todas nuestras fuerzas para ti.
Contigo siempre Miguel,Lucas y Cris.
Nos reconforta mucho que escribas Ana, estoy de acuerdo con el efecto terapeutico, que alguién reseño en un comentario. Este bolg es especial, por los valores en los que está asentado.
ResponderEliminarSois unos santos. NO cambies nunca. Tiempo al tiempo.
S.
Animo Ana,sigue intentando encontrar el Sol,al final de ese túnel,brillará por ti.
ResponderEliminarUn abrazo fuerte fuerte
Ana, preciosa:
ResponderEliminarvuestra historia ha sido hermosa. Han sido casi diez años de quereros cada día más ... La lucha, al contrario que en otros casos, no sólo no os ha separado, sino que os ha hecho "uno" aún más intenso ... ESO ES LO QUE TE DEJA DE MARAVILLOSO ... Pero entiendo que el vacío por lo que no será tiene que ser inmenso también ... Hasta que el tiempo y él mismo te permitan disfrutar de lo que fue y seguir adelante... construyendo más... por ti... por él... por todos los que te queremos tanto
Te quiero muchísimo, Ana... te queremos
Ana, nadie como yo puede entender el vacio tan inmenso que te ha dejado Carlos.Pensarás que no es lo mismo el amor de su madre que el de su mujer y efectivamente son distintos, pero no uno mas grande que otro,y siento un dolor tan grande de pensar que ya no lo voy a tener más a mi lado, que no lo voy a poder abrazar, ni consolar, ni ayudar, ni hablar, ni reirme con él, que de verdad, Ana, me falta el aire,pero cuando estoy peor,miro al mar,donde estan sus cenizas,hablo con él y le digo siempre lo mismo que estará siempre con nosotros, que cuidaremos de Anita, que trataremos de que sea fuerte, como él quería, que la haremos sonreir (sin que se sienta mal por ello) y que seguiremos esforzándonos en aprender a vivir sin él aunque es muy dificil, pero poco a poco lo conseguiremos y él esté donde esté sonreira como hacía siempre y nos ayudará a conseguirlo.
ResponderEliminarPor eso Ana tenemos que ser fuertes y animosas para que los que esten a nuestro lado no se desmoronen. Yo no quiero ver triste a Juan José, ni a tí, ni a sus hermanos y saco fuerzas para hacer lo que hacía Carlos daros ánimos a todos. Es muy pronto Ana pero si pones empeño en el intento LO CONSEGUIRAS.
Te quiero y como le decias a Carlos, sonrie si...
Aunque perdiera pronto su última batalla, la misma batalla que perderemos todos alguna vez, Carlos fue un niño con suerte (ya sé que tú no lo ves como un niño, pero nosotros lo recordaremos siempre así). Digo que tuvo suerte porque disfrutó de muchas cosas que no todo el mundo ha tenido: tuvo el mayor amor que alguien puede desear, la mejor familia que alguien puede tener y los mejores amigos que uno puede encontrar. Dejó preciosos recuerdos a todos los que tuvimos la suerte de conocerlo, y todo eso lo sabes tú mejor que nadie. Su foto con el maillot amarillo refleja su forma de encarar las adversidad, a pesar de que el enemigo estaba pesente y era muy poderoso. Esa foto también refleja que tú estabas a su lado.
ResponderEliminarYa sé que seguramente nada de esto te consuela a tí, ni a su familia, ni a nadie, pero es lo que tenía ganas de escribir esta noche.
Si necesitas, te desahoga y te reconforta escribir en este blog, continúa escribiendo. Te escucheremos y seguiremos aquí mientras escribas, niña. Y después también.
Un beso
María Rosa, Rebeca, Bernardo
Ana Gloria, ¡que nombre más bonito! Pido permiso, en este bloc y en este post, para rendir sincero y emocionado homenaje a los padres y hermanos de Carlos.
ResponderEliminarYo no le conocí personalmente, me hubiese encantado. Me cautivó des de la primera línea que leí en este bloc, luego me fascino su hermana Ana, a la que también conocí a través de Internet, después su mujer, ahora su madre y seguramente otros hermanos, ya que sin hacer repaso detallado sí recuerdo comentarios bellos y sinceros también aparecidos aquí.
El comentario de Ana Gloria dirigido a Ana me ha emocionado profundamente.
Sra. Ana Gloria, Sr. Juan José, y el resto de esta maravillosa familia, cada día entiendo mejor porque su hijo, vuestro hermano, tu marido, era tan fascinante, tan humano, tan valiente, tan hermoso...
Me uno a éste último mensaje,me siento cautivada totalmente por ésta gran y hermosa familia.Sin conocer a Carlos,he aprendído a quererle,eso es lo que abunda en éste lugar,amor mucho amor...
ResponderEliminarUn abrazo enorme para sus padres,hermanos y para Ana,sigue luchando Ana...,os acompañamos y aquí estamos para leeros siempre,no os sintáis solos jamás.¡¡Qué gran familia,seguro qeu Carlos estaba muy orgullosos de todos vosotros y de su Ana!!.Abrazos
Gracias, Ana. Me asomo a cubierta todos los días, y tú quizá no lo sepas, pero se ve cada vez más luz. Muchos besos.
ResponderEliminarPadi
Querido Carlos, Hoy se cumple un mes de tu nueva vida, tu vida en nuestro recuerdo y en nuestra pena. Ya sé que tu puedes leer nuestros corazones y sabes lo que te añoramos. Pero quiero que lo leas también en este blog que tú creaste y sigue siendo tuyo. Con esfuerzo estamos aprendiendo a soportar la separación, a recorrer todos los sitios que hemos compartido contigo pero ya sin tu presencia física. Sé que, para que tú consigas navegar tranquilo por tu nuevo mar, necesitas comprobar que nosotros recuperamos la paz y aceptamos lo que no hemos podido evitar. Nos está costando un tremendo esfuerzo pero, por tí, lo vamos a conseguir. Estoy seguro de que tú no quieres que nuestras vidas se estanquen en la tristeza sino que continúen y encontremos incentivos para mantenernos en marcha. Hasta hoy tus seres queridos hemos permanecido aletargados por la rabia y el sufrimiento. Tu madre, tu mujer, tus hermanos y yo, y también tus amigos, nos hemos dejado dominar por el sentimiento y el desánimo. Creo que no es lo que tú deseas para nosotros. Por eso, dedsde este momento, voy, por mi parte, y recomiendo al resto que intente lo mismo, a procurar aceptar la realidad como se presenta, cueste lo que cueste, puesto que nos has enseñado que esa es la actitud que hay que adoptar ante las situaciones adversas. No podemos defraudar tus expectativas. Nos apoyaremos los unos en los otros para conseguirlo. Utilizaremos todos los recursos a nuestro alcance para, entre todos, cumplir lo que creo que son tus deseos, es decir, quererte más que nunca, aprovechar hasta el más mínimo recuerdo de todo lo bueno que hemos pasado contigo y disfrutar con tu ejemplo. Pondremos un empeño especial en conseguir, si no consuelo, una suave recuperación para tu querida Anita, ilusionarla con la esperanza de traernos parte de tí en tu hijo en el que vamos a volcar todo el amor que tenemos por tí. En parte llenará el tremendo hueco que ha aparecido en su vida. Te quiero muchísimo, pa
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